Cuando comencé Closerme tenía muchos temores, venía de haber pasado varios años trabajando para distintas empresas y la última me había dejado acostumbrado a un salario alto, vacaciones pagadas, capacidad para comprar cosas caras y una serie de posibilidades que ahora como emprendedor no tenía, estaba a punto de perder un monto de dinero muy fuerte con mi primer emprendimiento (una dulcería de la cual hablaré en otra ocación) y si Closerme fallaba tendría que buscar empleo, algo que no quería hacer.Pero por suerte un grupo de amigos estaba apoyando mi locura, dentro del grupo de inadaptados se encontraba un experto en emprendimiento, que en aquella época se dedicaba a apoyar eventos tales como Startup Weekend, Fuckup Nights y algunos otros.
Él me dijo algo muy cierto, «sino estás quebrando cosas es porque no te estas moviendo», entonces comprendí que el estar quebrando cosas que habían estado perfectas en mi vida significaba solo una cosa, estaba moviéndome y buscando tener algo mejor, así fue como decidí abrir Closerme como el primer cowork de Mérida.
Cuando comenzamos tuve que cerrar mi otro emprendimiento, pero comencé a trabajar en construir los escritorios (fueron hechos a mano), realizar instalaciones eléctricas, pintar y muchas cosas más, entonces entendí de una forma más clara el concepto que aquel amigo había dejado en mi, el poder que tenemos dentro para cambiar las cosas que nos rodean, mejorar la situación que vivimos, emprender con éxito, depende en un cien por ciento de que realmente te muevas y dejemos de esperar a que todo suceda como queremos.
Nada pasa porque esté escrito que así será, sin embargo cuando comienzas a buscar algo con toda tu fuerza y te dedicas a acomodar las cosas para que se alinien con lo que estas buscando, logras hacer que ocurra. Mi emprendimiento anterior había fracasado porque en su momento me senté a esperar que sucedieran las cosas, que los clientes vinieran a buscarme en lugar de ir a por ellos.
Te invito a que busques hacer que las cosas sucedan, que te levantes del sofá, que dejes la televisión, que dejes la caja del negocio y salgas a buscar a tu cliente, que hables con él y que comprendas lo que realmente necesita, sino lo hacemos estaremos destinados seguramente a fracasar, recuerda que hacer que las cosas pasen depende en su totalidad de nosotros, ¿Tú qué opinas? déjame tus comentarios.