El sábado pasado, en la cumbre del G20, Donald Trump hizo el anuncio de que podría retirar el veto que hace unos meses impuso a la compañía Huawei. Con esta nueva decisión, las empresas estadounidenses podrían seguir vendiendo productos de este fabricante, además de que podrían seguir vendiéndole partes y equipos al gigante tecnológico chino, Huawei.
Este anunció llegó luego de que Donald Trump se reuniera con su homólogo chino, Xi Jinping, con el propósito de establecer acuerdos que dieran fin a la guerra comercial entre ambas naciones, que había estado dando de qué hablar en el último año. De acuerdo con lo sucedido, se logró un avance en las negociaciones que dejan fuera a Huawei, el segundo fabricante más importante de teléfonos en el mundo y principal impulsor de las nuevas redes 5G.
Aunque aún no está claro si Huawei seguirá en la lista negra de Estados Unidos, lo que sí queda claro es la intención de la administración de Trump de retirar las restricciones que impedían que las empresas estadounidenses vendieran y compraran productos a Huawei.
Es importante recordar que una vez que estas restricciones fueron impuestas, Huawei se quedó sin el sistema operativo Android, los diseños de ARM, las tarjetas micro SD y otros componentes que eran fabricados por empresas como Intel, Broadcom y Micron. A pesar de que la marca actuara con un plan de emergencia, entre esto el lanzamiento de un plan operativo propio, la prohibición tuvo impactos significativos en su negocio, ya que Huawei tuvo una caída del 40% en sus ventas fuera de China, con lo que cerca de 60 millones de dispositivos Huawei dejaron de venderse este año, después de la decisión del gobierno de Trump. En el mes pasado, Estados Unidos prohibió la venta sin licencia de productos estadounidenses a Huawei, incluyendo aquellos creados por Google, algo que es crucial para muchos de sus aparatos. La prohibición podría costarle a la empresa china unos 30,000 millones de dólares en ingresos este año.
La guerra comercial ha impactado en las compañías chinas, es decir: en los planes de inversión, en la confianza de los empresarios y en las exportaciones de China, que es la segunda economía más grande del mundo. Anunciar una tregua no significa que la guerra comercial concluyó, pero es una buena señal que Estados Unidos y China estén dialogando de nuevo.